Tal como nos cuenta Rubén Marrufo en el libro Caminos del Inca, Cuarenta Años de Historia, esta competencia no es sólo correr, resistir y ganar, CDI ha vivido lo que cualquier peruano mayor de cuarenta años, también ha vivido.
“Caminos del Inca ha tenido que soportar muchas vicisitudes y también sortear oposiciones, por decirlo de algún modo, recalcitrantes. Desde sus inicios enfrentó la violencia: en 1966, todavía estaba fresca en la memoria la guerrilla que atacó el país en 1965”.
Los problemas en el interior de país ocasionados por insurgentes, dejaron también una posición nada favorable ante la ejecución de Caminos entre los años 1974 y 1975.
“…el Gran Premio no pudo estar al margen de los problemas sociales y económicos que atravesó el país durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado. Debido a la escasez de combustible, su gobierno había impuesto el uso restringido de vehículos automotores y mediante calcomanías se indicaba los premisos de circulación
Bajo el lema “Ahorro es progreso”, la dictadura impidió indirectamente que la competencia se realizase en aquellos años.” Lo que nos hace pensar hoy en día que, de haberse realizado el Gran Premio, sin excepción alguna, estaríamos a puertas de celebrar las Bodas de Oro CDI.