Puedes seguir estas sencillas pruebas para ver si ya es tiempo de cambiarlos, aunque siempre sería mejor que consultes con un especialista.
1. La prueba del balanceo: Empuje la defensa del vehículo de arriba hacia abajo 4 veces. Si al dejar de hacerlo el vehículo continúa balanceándose una vez más, los amortiguadores o "struts" podrían estar en mal estado.
2. La prueba del rodaje: Si al conducir el automóvil, detecta alguna de las siguientes fallas:
La parte delantera del vehículo se levanta al acelerar.
El frente del vehículo se hunde al frenar.
El vehículo rebota al pasar un bache.
El vehículo pierde estabilidad y se inclina lateralmente al dar vuelta.
3. El desgaste de las llantas: El desgaste disparejo de las llantas puede ser causado por una alineación deficiente o porque los amortiguadores o "struts" se encuentran en mal estado.
4. La inspección visual: Realizar una inspección visual cada 30,000 kilómetros. Indispensable para mantener un automóvil en condiciones correctas. Si al revisar detecta una falla visible, un cambio es necesario:
Pérdidad visible de aceite sobre el amortiguador.
Montaje roto o maltratado.
Cuerpo del amortiguador dañado (golpeado).
Guardapolvo flojo o ausente.
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