Hace unas semanas elaboramos un artículo sobre los perjuicios que podría ocasionar el Rally Dakar en nuestra geografía; ahora, veamos el otro lado de la moneda y conozcamos las ventajas (que son más) de llegar el raid a nuestro país.
En el tema deportivo, el hecho de que Perú sea parte de la ruta, significa un ahorro significativo para los pilotos nacionales. En el 2013, cuando el Dakar empezó en Perú, participaron 40 peruanos divididos en 26 vehículos. Se estima que la cifra sería similar para el 2018.
Cabe recordar que, en el ámbito turístico, el último año que el Dakar pasó por Perú fue en el 2013 y aquella vez se invirtieron cerca de 6 millones de dólares. En esta ocasión, se invertiría una cifra similar y generaría un impacto económico en turismo por casi 300 millones, entre los que abarcaría alojamiento, transportes, alimentación.
Y en el tema cultural, el ministro Salvador del Solar ha manifestado que, si en el pasado hubo problemas con el patrimonio, fue por algunos aficionados que no respetaron el lugar donde debían estar. Por ende, la organización prepararía una ruta especial en la que no se vea afectado el patrimonio.
Los beneficios como vemos son muchos. Lo importante es que la gente pueda ver un espectáculo de primer nivel y se deleite con el paso de los pilotos por las dunas y el desierto.