El sector automotor en Perú experimentó un crecimiento del 3% en marzo de 2023, según informes de la Asociación Automotriz del Perú (AAP). Este avance se produjo a pesar de las dificultades económicas que enfrentó el país, incluyendo dos caídas consecutivas en la economía y los efectos del ciclón Yaku.
La economía peruana mostró signos de recuperación en marzo, con un crecimiento del 0.22% en la actividad económica nacional. Este crecimiento fue menor al consenso del mercado del 1.1%, pero aún así significativo. Los sectores de Minería e Hidrocarburos, Comercio, Electricidad, Transporte, Alojamiento y Restaurantes, Pesca, Servicios Prestados a Empresas y Otros servicios fueron los principales contribuyentes a este crecimiento.
Sin embargo, el sector de la Construcción, Telecomunicaciones, Financiero, Agropecuario y Manufactura experimentaron descensos que atenuaron parcialmente estos resultados positivos. Además, el ciclón Yaku afectó la actividad productiva en varios sectores de la economía, causando inundaciones y obstaculizando el tránsito normal.
En términos de demanda interna, la inversión en construcción disminuyó en un 12.42%, mientras que el consumo de los hogares, reflejado en las ventas al por menor, aumentó en un 2.64%. Además, hubo una mayor demanda externa de productos no tradicionales en un 1.48%, incluyendo productos pesqueros, metalmecánicos y mineros no metálicos.
El sector Comercio experimentó una expansión del 2.95% en marzo, impulsado por el aumento en las ventas al por menor (2.64%), ventas al por mayor (3.06%) y actividad automotriz (3.03%). El sector automotor, en particular, fue influenciado por la mayor compra de vehículos livianos y el aumento en la venta de partes, piezas y accesorios de vehículos automotores.
A pesar de los desafíos del primer trimestre, la AAP espera que la economía peruana muestre un mejor desempeño a partir de abril, impulsado por sectores como minería e hidrocarburos y comercio. Sin embargo, se deben tener en cuenta varios factores de riesgo para el resto del año, incluyendo la alta inflación, la desaceleración del consumo privado, la caída de la inversión privada y las menores expectativas de crecimiento de la economía mundial.
