Dependiendo de las especificaciones del fabricante habrá que llevar un control de determinados puntos en el vehículo y sustituir aquellos elementos que sean necesarios para mantener en buen estado todos y cada uno de los sistemas que los componen.
Tal y como hemos comentado anteriormente, cada marca determinará el tiempo que deberá de transcurrir entre una revisión y la siguiente, aunque por lo general siempre se comprobarán los siguientes puntos:
Mantenimiento general:
Se comprobarán y se llevarán a cabo las tareas de reposición que tengan que ver con el líquido de frenos y el anticongelante. Se revisarán las bujías y el estado de la correa de distribución.
Mantenimiento específico por puntos:
También será necesario revisar una serie de puntos que son fundamentales para garantizar nuestra seguridad como la suspensión, el sistema de frenos, los neumáticos y las ruedas en general, así como la existencia de posibles fugas en alguno de los circuitos del vehículo.
Cambios de filtros y de aceite:
Cada cierto kilometraje habrá que sustituir determinados filtros del vehículo así como el aceite del motor, de modo que sirva para mantener en buen estado todo el sistema y se optimice al máximo el funcionamiento.
Comprobación electrónica mediante centralita:
Se conectará una máquina de diagnosis especializada a la centralita o módulo de control del motor para determinar si existe algún tipo de falla electrónica que produzca averías en cualquiera de los elementos controlados por los sensores y accionados por los actuadores del automóvil.