Alberto Prieto: Manejar quad en el Dakar con una mano

Alberto Prieto: Manejar quad en el Dakar con una mano

Imagina lo duro que es competir en el Dakar, no nos vayamos a la dificultad económica o logística, atravesar las dunas, desiertos o toda esa geografía imponente de nuestra américa siempre es de mucho esfuerzo. Ahora piensa en hacerlo con una sola mano, y solo así puedes tener una idea de lo que enfrentará Alberto Prieto.

Prieto tuvo un accidente hace doce años que le paralizó su brazo izquierdo, ahora su pasión por los fierros lo hará convertirse en el primer piloto en la historia del Dakar en manejar un quad con una sola mano.

“Los mecánicos alucinan un poco cuando prueban el quad, “¿cómo te apañas con esto?”, me dicen. Al tener paralizado el brazo izquierdo debo controlar más parámetros con la derecha. Tengo freno y embrague en la empuñadura diestra, donde también tengo la pestaña del acelerador, el sistema de navegación también… lo comparo siempre con tocar el piano. Con los pies manejo el cambio de marchas y un repartidor de frenada que hemos instalado”, explica el piloto.

“El lado psicológico es lo más importante. Mi preparación se basa en el físico y el psicológico, más que en el vehículo. Son muchas horas pilotando, perdido, solo… Creo que tengo un punto más que el resto en el aspecto mental con todo lo que he vivido con el brazo y el accidente; por contra, físicamente sufro más e inevitablemente voy más despacio -por lo tanto paso más horas que el resto-. También mecánicamente doy menos caña al vehículo que el resto, otro punto a mi favor. Pero yo estoy mentalizado para llegar todos los días el último al vivac”. Declara Prieto.

Acompañado por dos personas, uno de los objetivos diarios será descansar el máximo número de horas al final de cada etapa ya que su desgaste será incomparable. “Mi espalda sufre más que la del resto. Las motos y los quads conducen durante mucho tiempo de pie pero yo no puedo, tengo que ir sentado”.

Estaremos atento a la participación de este piloto en el Dakar que nos da una lección de vida, de nunca abandonar nuestros sueños ni metas.

Confidencial

 

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