Tras el impacto, el tejido del cinturón se estira y puede deformarse tanto que podría ser ineficaz en una segunda colisión.
“Lleva un trenzado que cuando se estira evita que el pulmón se pegue contra las costillas y se desangre obviamente cuando uno ha tenido un accidente el cinturón de seguridad tiene que ser cambiado” dice Luis Montero, Presidente de FESVIAL y catedrático de seguridad vial en la Universidad de Valencia – España.
“Cambiarlo vale poco, teniendo en cuenta que para la próxima la posibilidad de muerte es casi, casi total” indica el especialista.
Además, algunos productos de limpieza pueden ser tan agresivos que también lo pueden dañar, por ello es siempre mejor revisarlo y cambiarlo si esta rajado o desajustado, a pesar de que no se haya tenido ningún accidente.
imagen: circulaseguro