¿Conductores apresurados? ¿Ciclistas imprudentes? Con este método no habrá víctimas ni victimarios. Conoce el giro holandés.
Cierra los ojos e imagina que estás manejando un vehículo. Te detienes cerca de la cera y abres la puerta apresuradamente sin darte cuenta que venía un ciclista. El pobre deportista se golpea, cae al suelo y debe ser llevado al hospital. Tú, conductor, quedas como el malo de la película y él como una víctima.
Vamos, no queremos justificar acciones. Tanto el ciclista como quien maneja tienen parte de culpa; no obstante, gracias al giro holandés ahora podrás proteger tu vehículo de un eventual choque con un ciclista y, a la vez, no le ocasionarás daño a quien maneje la bicicleta. Pero, ¿en qué consiste el giro holandés?
El conductor tiene que abrir la puerta siempre con la mano derecha y queda obligado a girar el torso y ver si viene alguien. Es decir, antes de salir del vehículo debe mirar a ambos lados para percatarse que no pase ningún ciclista. Cabe destacar que el giro holandés fue ideado en el reinado de Máxima en Países Bajos.
Ahora que sabes esta medida tan simple y sencilla como aleccionadora, ponla en práctica cuando estés por salir de un vehículo, quienes manejan bicicleta te lo agradecerán.
