Las grasas nos dan propiedades que los aceites lubricantes no pueden, debido a ello varias partes del automóvil necesitan estar engrasadas, por ejemplo: rodamientos, crucetas, chasis, cojinetes de fricción, brazos de dirección, rótulas de dirección, transmisiones, puntas de eje, engranajes, uniones, suspensión, cadenas, puntas de ejes de vehículos equipados con frenos a disco, y muchas más.
El propósito de las grasas es reducir la fricción de piezas que se agitan o están en constante contacto mecánico, también proporcionar una lubricación adecuada para reducir la fricción y para evitar el desgaste nocivo de los componentes del cojinete y protege contra la corrosión.
Asimismo, actúa como un sello para evitar la entrada de suciedad y agua. Resistencia a las fugas y goteos a partir de las superficies lubricadas; al cambio inaceptable en la estructura o consistencia de la grasa mediante el accionamiento mecánico durante el servicio prolongado.
Si detectamos sonidos extraños en alguna de las piezas mecánicas que mencionamos lo más probable es que se deba a la falta de grasa.