El 100% de vehículos en la actualidad cuentan con sistemas electrónicos más avanzados y con más presencia en las facetas de funcionamiento de un automóvil.
Las averías en alguno de los sensores que forman parte del sistema electrónico de un vehículo, se ven en fallos y deficiencias de funcionamiento del motor, que en ocasiones podría dejar de funcionar o presentar dificultades para su puesta en marcha.
Algunos de los sensores que mayores fallos provocan en el sistema son: el sensor de revoluciones, el medidor de la presión del combustible y el sensor que mide la dosificación en la bomba de alta presión del vehículo. En el caso de que fallase el sensor de revoluciones del motor, éste dejaría de funcionar o directamente sería imposible ponerlo en marcha.
Al igual que con los actuadores, el coste de reparar una avería en alguno de los sensores del vehículo dependerá del tipo de sensor en cuestión, de su localización dentro del sistema y por supuesto, del tipo de vehículo del que se trate y sus características.
Estos problemas se pueden evitar realizando una revisión periódica del sistema electrónico según indique el fabricante.