Muchos factores inciden en la vida útil de la bomba de agua: desde la calidad de los componentes del refrigerante y la frecuencia con la que se sustituye, hasta la tensión de la correa que acciona la bomba.
La pérdida del fluido refrigerante puede deberse a fallo en las juntas, el eje o a que se haya roto alguna paleta de la hélice. Para detectar una posible avería:
• Acudir al taller si hay goteo del líquido refrigerante o ruidos metálicos cuando el motor está a ralentí.
• Controlar la temperatura para que nunca exceda el límite marcado por el fabricante. A modo de guía, os indicamos que la temperatura ideal a la que trabaja el motor es de 95ºC, aunque algunos automóviles modernos pueden alcanzar entre 98 y 104 ºC sin peligro.
• Revisar el sistema de refrigeración. Apurar demasiado el refrigerante, no sustituirlo en las pautas establecidas, o la baja calidad del mismo también interfieren en la vida de la bomba de agua.
• Sustituir la correa de distribución que se encarga del funcionamiento y giro de la bomba de una manera adecuada. Si se tensa demasiado, forzará el eje de rodamiento provocando fugas de líquido y rozaduras en las palas de la hélice.