LLovera termina el Dakar en silla de ruedas

LLovera termina el Dakar en silla de ruedas

Albert Llovera ha vuelto a realizar otra hazaña, al conseguir finalizar el Dakar. Como el resto de sus rivales, ha tenido que superar las durísimas condiciones de este inhumano Dakar 2015, pero con el hándicap de estar en una silla de ruedas y tener que recibir curas diarias después de cada etapa.

Albert es un tipo acostumbrado a luchar, desde que en 1985 un accidente de esquí le provocó una lesión medular. Un año antes, había competido con sólo 17 años de edad en los XIV Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo. “En los últimos metros del descenso flexioné las piernas, me encorvé y agaché la cabeza para arañar unas décimas de segundo al reloj. Pero apuré demasiado, no vi a un juez de llegada que se cruzó en mi camino y me lo llevé por delante. Aquel instante cambió mi vida” relata Albert.

A partir de ese momento decidió luchar y seguir haciendo deporte. Incluso participó en un experimento de autoestimulación la NASA. En los ratos libres aprendió a jugar al baloncesto en silla de ruedas y se proclamó subcampeón del mundo con su equipo.
Pero Albert se enamoró de los deportes de motor y desde entonces no ha parado. Fue campeón de Andorra de quads (”era peligroso, pero yo estaba como una regadera y, por suerte, nunca me caí”) pero se pasó al “menos peligroso” automovilismo. El andorrano ha participado en numerosas especialidades, desde los turismos de circuito (fue Campeón de Cataluña de Velocidad) a los rallyes de asfalto y de tierra. Participo siete temporadas en el Mundial de Rallyes con un coche especialmente adaptado.

Su último reto era acabar el Dakar, y hoy lo ha conquistado. “No ha sido nada fácil este Dakar. Lo pasamos mal desde el principio porque la segunda etapa marcó mucho la parte física y anímica de casi todos los pilotos. Fue brutal. Nada equiparable a ningún entrenamiento ‘de cubo’ extremo. Me fundí todo anímica y físicamente, pero cuando la terminé acabé súper contento. Y llegué para cenar”. Pero la dureza de este Dakar no terminó ahí: “en Bolivia lo pasé muy mal porque nos cogió la tormenta gruesa y tuve que cruzar seis veces ríos de más de medio metro. Llegué totalmente mojado y con los pies helados, pero no me daba ni cuenta. Cuando me bajé del coche me encontraba mal, tenía las piernas blancas y las uñas a punto de saltar”.

“Me genera mucha alegría poder culminar el Dakar y cumplir otro sueño” reconoce Llovera. “El año pasado me quedé a tres días pero me fui muy contento y con buen sabor de boca. Ahora lo he dado todo y si lo termino será una cosa más para mi currículum”. Eso sí, duda en volver en 2016 por la dificultad de encontrar patrocinadores y porque “en el vivac lo paso muy mal”.

Fuente: Sportyou

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