Camelia Liparoti, mide apenas metro sesenta pero su tamaño no le impide manejar su cuatrimoto cuatro veces más pesada que ella. El año pasado fue su quinto Dakar continuo que termina y en lo que va de esta está entre los 30 pilotos de quads que terminan primero.
Agotada, congelada y cubierta de barro hasta las cejas pero pese a ello serena y contenta. Como la mayoría de motoristas y quadistas en la meta de Uyuni al término de la primera parte de la etapa maratón, Camelia Liparoti se enfrentó ayer a un calvario de frío y barro.
La piloto francoitaliana empezaba a digerir lo que había vivido durante la jornada nada más entrar en el parque cerrado: “En mi vida había visto tanto barro… Hacía un frío tremendo, quizás cuatro o cinco grados. Para colmo he empezado a encontrarme mal. Ayer por la noche me dieron un medicamento contra el mal de altura, pero creo que no lo tolero. Posiblemente ha sido la jornada más dura de cuantas he vivido en el Dakar… Llevo mucho mejor el calor que el frío. En algunos momentos una se hace muchas preguntas y una de las recurrentes hoy ha sido, ‘¿Por qué hago esto?'”.
Con todo, en seguida le viene en mente la respuesta a esta apasionada del quad y del Dakar, que apenas unos segundos después consigue ver el lado bueno de las cosas: “Lo bueno es que esta noche no tendré que hacer muchas reparaciones. Había previsto un filtro de aire de recambio, ¡pero apenas hemos rodado en el polvo!”
Camelia es junto la piloto chilena Paula Gálvez, las únicas mujeres que quedan en Quads.
Fuente: Dakar