El ‘Gordo’ posee un récord que corre riesgo cada año, teniendo en cuenta la gran camada de pilotos hambrientos de gloria que aparecen por edición.
La historia de Ricardo Dasso en la edición de Caminos del Inca de 1986 es una muy interesante. Con tan solo 23 años, era una de los jóvenes más prometedores del mundo automovilístico peruano, pero ese sector estaba bajo una monarquía. Esa época estaba bajo el dominio de Henry Bradley, quien no solo fue el primero en ganar el Rally, también el piloto que más veces subió al podio. Para esta carrera, de haber ganado el ahora legendario corredor, hubiera sumado su séptima corona, pero el habilidoso pipiolo apareció y se la arrebató ante la mirada atónita del público.
A bordo de su Toyota Celica, y con Carlos Rey como copiloto, el en ese entonces no tan ‘Gordo’, entraba a la ultima etapa con una indigestión y varias picaduras en los brazos, pero sabiendo que había mantenido la punta por un largo trayecto con un propósito, y ese era lograr su primer CDI.
Dueño de una técnica para derrapar increíble, que hacían poner en duda que no fuera un corredor de muchos más años encima. Al final, lo logró. Conquistó el que hasta ahora es su único Caminos del Inca, pero uno muy significativo.
Aquí, Dasso superó, no solo al TO2 de Bradley, también la marca que le pertenecía desde la primera edición, cuando venció en 1966 con 26 años. Simplemente, el profe.
